lunes, 8 de octubre de 2007

Más allá de los corazones

¿Quién ganó y quién perdió con este referendo?

La respuesta es simple: Costa Rica, para ambos casos. A parte de la obvia derrota en comicios del fuerte movimiento del NO, se debe tener en cuenta que obligó a los dirigentes del SÍ a pensar, lo que es ya de por sí un triunfo del NO. Pasar este tratado no iba a ser tan fácil, que el pueblo se comiera el cuento y aceptara sin chistar -como en otras ocasiones- lo que su “casta política y tecnocrática” tuviera en gana de imponer, no sucedería esta vez:

· Obligó a los dirigentes del SÍ a pensar de qué forma lograba engatusar a la ciudadanía, algo que era imposible en una buena parte gracias a los desmanes de anteriores caudillos y caudilluelos políticos; entonces se recurrió al miedo. Al miedo justo del trabajador con pocos estudios que si pierde su trabajo es como si perdiera media vida; miedo al crédulo en las santas palabras del dirigente del partido político por el que su familia ha venido votando desde después de la Junta Fundadora de la Segunda República; miedo a los universitarios que no encontrarían trabajo o que terminarían por parecerse a los otros, esos revoltosos mechudos; miedo a que Franklin Chang se fuera del país diciendo que no vale la pena seguir aquí con las investigaciones del combustible de naves para el escape de este planeta por parte de los ricos; miedo a que Hernán Medford no quisiera dirigir más la “sele” y no pudiéramos ir al Mundial del 2010, miedo a que Estados Unidos dejara de considerarnos sus amigos y nos mandara al olvido comercial, como le ha sucedido a Cuba; miedo a no ser tan cool como la risible farándula tica pues todos los cool iban a favor del TLC.

· Obligó a los dirigentes del SÍ a pensar cómo debatir los contundentes argumentos del NO, es decir, produjo un diálogo como pocas veces se ha dado en este país. O por lo menos, dos monólogos en interacción, lo que le dio presencia y tiempo en medios a una forma de pensar que no proviene de los medios oficiales de comunicación que de otra forma no habría tenido oportunidad de poseer esa gran voz mediática. En donde se vio la fuerte carencia de ideas o del conocimiento del SÍ ante algunos cuestionamientos y la reiterada apelación al miedo y a la mentira para prometer un futuro maravilloso. Lo que provocó desconfianza en algunos, plena convicción en otros, conocimiento de las posiciones y desmitificación de que sólo los sindicatos y el PAC, por interés politiquero y económico, se oponían. A lo que me referiré más adelante.

· Obligó a los dirigentes del SÍ a pensar cómo hacer lo posible para detener el referendo, situación inédita y extrema lograda por el empuje del NO. Primera vez en el país que se da una situación así, primera vez en el mundo que se desarrolla una consulta popular para elegir si se acepta o no un tratado comercial. Obligó a Oscar Arias a comerse sus palabras, esfuerzo tan grande como su ego, y solicitar él mismo el plebiscito para agilizar los trámites que hubieran durado tanto que el tiempo para la aprobación del mismo habría expirado. Algo que no hay que dejar que caiga al olvido: de cómo a partir de ahí se fue gestando con más fuerza el movimiento social más grande que ha habido en este país desde hace medio siglo y de cómo el gobierno / SÍ se trató de adueñar de un triunfo del NO. Gracias a este proceso se descubrieron las grandes fallas de la ley sobre el referendo, los grandes portillos, los grandes vacíos. Gracias a este proceso se sabe qué luchar, qué exigir para una nueva y mucho mejor ley de referendo: no incidencia del gobierno, regulación real del dinero de las campañas (proveniencia y uso), entre otros aspectos.

· Obligó a los dirigentes del SÍ a inventar que sólo los sindicalistas, el PAC y el sector universitario vagabundo (todos los que están en contra del “tratado”) eran los únicos que se negaban. La multiplicidad de movimientos que no supieron ser atacados les dio mucho más rango de acción, y cuando las personas se daban cuenta que quien les llegaba a hablar no pertenecía a ninguno de los tres los hacía sospechar. Sospechar de la información de los medios noticiosos oficiales, sospechar de las declaraciones del gobierno, sospechar por qué tantos se unían. Una unión de tan diversos sectores, con intereses distintos pero un objetivo común: el NO. Una unión demasiado fuerte, una unión que se mantendría, a pesar de los ataques indiscriminados del SÍ. Una unión histórica, surgida casi de la nada, arañando recursos, pero creyendo firmemente en la gente, en la capacidad de este país de ser valiente. Lo que no contó fue con la ayuda -con la verdadera intervención extranjera, más bien- de los Estados Unidos a través de las desafortunadas declaraciones de la representante comercial Susan Schwab. Es decir, a dejar ver la fuerte alianza con el peor gobierno del continente y del hemisferio (corrupto, genocida, ladrón y mentiroso). Transparencia por donde menos se esperaba.

· Obligó a los dirigentes del SÍ a pensar una campaña publicitaria brutalmente masiva que costó más de ¢700 millones, frente a los cerca de ¢16 millones del NO. Para que, con el 97.019% de las Juntas Electoras revisadas a la hora de escribir esto, haya producido una diferencia de apenas un 3.18% (NO = 48.41% y SÍ = 51.59%), implica unos resultados bastante magros. Cualquier publicista o mercadólogo con un grado de porcentaje de beneficios tan bajos para el costo de la campaña, a menos que se pretenda que con los años se recuperará la inversión -algo nada seguro en lo que respecta a marketing político-, sería despedido sin remedio por la empresa que lo emplea. Una diferencia de tan poco, con tan poco dinero por parte del NO, implica que una buena porción de los y las ciudadanos y ciudadanas de este país no se logran deslumbrar por lo que diga el Santo Oficio de los medios oficiales.

· Obligó a los dirigentes del SÍ a pensar un memorando que reunía los lineamientos de su campaña, verdadero terrorismo de estado contra su propio pueblo. Se descubrió los extremos a los que los tecnócratas de este país pueden llegar, en pro de imponer sus deseos. Este conocimiento es invaluable, pues no deja en el marco de la especulación las jugadas sucias, ni se restringió a uno o dos medios alternativos su difusión. Fue tal la conmoción que los mismos medios oficiales se vieron obligados a dedicar espacio a este acontecimiento.

· Obligó al SÍ a pensar qué haría con el vicepresidente y ministro de planificación, Kevin Casas. La “renuncia” de este Maquiavelo tropical es un triunfo a medias para la ética política de este país, por tanto el primo del presidente, diputado y coautor del memorando, Fernando Sánchez sólo renunció a un par de comisiones de las que formaba parte y sigue impune de tan horrible acto. Dejando en claro, una vez más, que el nombre, los apellidos y el dinero son los mejores seguros de riesgos del trabajo. A costo, claro está, de la credibilidad del diputado y la familia en cuestión, una vez más.

· Obligó a los dirigentes del SÍ a pensar una multiplicidad de formas de despedazar la institucionalidad de este país: flagrante violación a la constitucionalidad con la reelección misma de Arias, ingerencia de la Sala IV en asuntos legislativos; manipulación descarada de la misma Sala (llamada también Constitucional) para declarar no a lugar las más de 16 inconstitucionalidades que académicos de la Universidad de Costa Rica encontraron en el texto del tratado, aún cuando dos de los cinco magistrados encontraron alrededor de 9 inconstitucionalidades. La forma servil en que se ha comportado también el Tribunal Supremo de Elecciones, la joya de la familia de las instituciones gubernamentales, dejando pasar muchas irregularidades de este proceso y no realizando una jurisprudencia atinada para rellenar las carencias de la actual ley de referendo es otro duro golpe. Hay que hacer notar que la deslegitimidad de esta institución se gestó desde las elecciones en donde Arias accedió no sin grandes dudas, al cargo que ahora ostenta. Líneas de acción que el NO debe retomar: ¿cómo restituir la confianza en la institucionalidad? ¿cómo luchar en contra de su continua violación?

· Obligó a los dirigentes del SÍ a pensar, al menos en los últimos días, qué haría si perdiera. Ahora sí, llamamientos al diálogo, tan vacíos como poco creíbles. Llamamientos al diálogo demasiado tardíos, por parte de un grupo desprestigiado y deslegitimado, que no se había dignado a considerar hablar con la otra parte que ahora, con justa razón, no quiere hablar. La excusa mediática será que el NO ya no respeta la voluntad popular cuando haya más manifestaciones en contra de la Agenda de Implementación (las 13 leyes de apertura de los monopolios públicos y de endeudamiento para subsanar los “costos de inserción” a la modalidad del TLC), leyes tan nefastas como el tratado y necesarias para que entre en vigencia. Una voluntad popular, si bien bastante elevada (59.944% de participación ciudadana en el referendo de acuerdo a los números anteriores), bastante ajustada. Lo que da, al mismo tiempo, legitimidad al movimiento del NO para seguir manifestándose en contra no ya del tratado pues hay que hacer lo que el SÍ no ha hecho, respetar la institucionalidad, pero sí cuestionar la manera como se vayan a conformar las leyes de implementación.

Son muchas las áreas donde se ganó y se perdió. Donde costarricenses llevaron a cabo actos deleznables contra costarricenses. Donde costarricenses llevaron a cabo actos sublimes para con costarricenses. Por eso todos ganamos, todos perdimos a fin de cuentas, con este referendo. Mayor participación ciudadana, mayor conocimiento, mayor fortalecimiento de las organizaciones comunales, surgimiento y caída de líderes, fortalecimiento y debilitación de otros. Legitimidad para seguir peleando, aún cuando el NO haya perdido. Cautela y menos orgullo por parte de la dirigencia del SÍ con la incomodidad de negociar con un grupo que ha ninguneado desde el principio.

Me he referido en todo momento a la dirigencia del SÍ, pues en ningún momento he visto que su pensamiento y su acción haya permeado a la ciudadanía que votó a su favor. Que ganaron el referendo es un hecho innegable, pero bajo falsas premisas y miedo. Son pocos los casos en donde las organizaciones de base se mantengan como fuentes de empoderamiento comunal. Prueba de ello fue ver los puntos de apoyo a los votantes, en mi Alajuela al menos, que no se diferenciaban en nada de la organización partidista a la que este país ha estado acostumbrado desde los inicios del bipartidismo del PLUSC (Partido Liberación Nacional – Partido Unidad Social Cristiana), allá a finales de los ochentas. Organizaciones que por lo general no tienen más participación que para el evento extraordinaro del sufragio. En tanto que los Comités Patrióticos, si no corren la misma suerte que después del Combo del ICE (el primer intento descarado de la tecnocracia local de privatizar las telecomunicaciones y la energía) y creo que no será el caso, se podrán convertir en verdaderas plataformas de desarrollo comunal, e incluso como parte de las opciones políticas, al menos a nivel local en un primer momento. En verdad que la democracia costarricense salió más fortalecida, a pesar de los intentos de destruir su orden institucional. Por ello hablo del NO como un todo y me refiero al SÍ por sus líderes, los que han movido los hilos y los millones, los que verán la mayoría de los más jugosos beneficios económicos de este tratado.

Todos hemos ganado y hemos perdido. El NO perdió en el corto plazo: el referendo que el SÍ ganó. Sin embargo, por la naturaleza misma de las promesas, orientadas a un gane en el corto plazo (en el mejor estilo de ceguera tercer mundista), el SÍ se ha puesto su propia soga al cuello. ¿A qué recurrirán cuando el TLC no genere la extraordinaria cantidad de trabajos que prometieron? ¿Qué sucederá cuando la Caja Costarricense de Seguro Social, el Instituto Costarricense de Electricidad y el Instituto Nacional de Seguros deban restringir su rango de acción y la cobertura de sus servicios? ¿Y si quiebran y los precios de sus servicios se vuelven obscenos? ¿Si alguna compañía demanda al Estado por montos impúdicos, y se pierde el litigio privado? ¿Cómo podrán justificar, en el 2008 cuando las cuotas de maquila de China se eliminen, el cierre de esas empresas y el desempleo, a qué lo atribuirán? ¿Qué pasará cuando el “ahora sí podemos exportar” se descubra que no es tan cierto, al menos no cuando se es un pequeño productor? ¿Qué pasará cuando quiebre el campesinado costarricense? De acuerdo a lo que ha sucedido a lo largo y ancho de Latinoamérica. Puede que se den todas situaciones o algunas sólo, pero con que se den sólo unas pocas, la confianza en la dirigencia del SÍ decaerá. En un año, en el resto de Centroamérica los resultados han sido esclarecedores en muchos aspectos, ¿habrá que esperar un año para que los resultados en este país también lo sean? ¿En un año, qué estará pensando la mayoría de la gente que votó por el SÍ? Podrían sentirse engañados, podría aflorar mucho resentimiento, podría verse que una vez más, los políticos de los que tanto se han quejado la gente del NO y la gente que votó SÍ, los volvieron a engañar. Gracias a la voz dada en los debates en los medios, voces y advertencias que no se olvidarán tan pronto. Entonces ahí mismo, los dirigentes del SÍ habrán perdido este referendo. Y Costa Rica, como un todo, también. Sólo espero por el bien de todos los corazones, que este escenario social tan dantesco que he descrito y que nos han advertido analistas e intelectuales -del cual no he mencionado todas las terribles posibilidades-, no pase como ya ha sucedido en otras latitudes.

Adrián Solís Rojas

Comunicador

Estudiante de psicología

Alajuela, Costa Rica

2 comentarios:

  1. Realmente este es un gran análisis fácil de seguir y muy ingeniosamente armado.
    Muy bueno...


    Salu2




    (No)

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  2. No dejemos que el TLC nos agobie, es hora de la lucha mayor, procurar que los del YE$ no se llenen los bolsillos de dinero a costa de la verdadera clase trabajadora.

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